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Julio 2023

 

El diseño de esta v.3 está inspirado en las GUI de los sistemas operativos de los 90s, jijiji... Muy nostálgico...

 

Lo hice así, saliendo del minimalismo que intentaba darle a los diseños anteriores (más tipo magazine). De todos modos, no creo que este v.3 dure mucho, pero como dije, ha sido para darme el gusto, jejeje.

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Misión o Destino

De un sendero sin mapa, o ignorar el mapa para tomar el camino a voluntad

Escrito por quinqui el 17/05/2021 12:42
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Guardado en Pensamientos
Etiquetas: Pensamientos, Existencia, Reflexión, Filosofadas, Sentido

Hace unos días tuve una conversación en la que salió a colación el tema del destino. Según mi opinión, nuestro verdadero destino es difícil y puede que hasta tortuoso, siguiendo la ideología de que "lo que vale la pena, cuesta".

Sin embargo, la postura de mi contertulio era de que el destino es "el camino fácil". Pensé en dicha perspectiva, y me dije "pues también se puede tomar como verdad", pero entonces, esto se contraponía a mi idea. Tras analizar un poco más el caso (pues me irrita quedar en ascuas, jejeje), llegué a la siguiente conclusión:

Recordando otro concepto, sobre el que suelo reflexionar de cuando en cuando, me di cuenta que la acepción del "destino" de mi interlocutor era la misma que yo doy al concepto de "misión en la vida".

Para mí, la misión en la vida tiene que ver con el objetivo que debemos alcanzar. No es algo así como una meta o el final o el premio o castigo a recibir tras morir, sino a cosas asociadas con el tiempo en vida: actitudes, decisiones y acciones en el diario vivir. Luego, soy de la idea de que la vida misma nos va señalando qué cosas hacer, nos va mostrando claramente nuestra misión en la vida diariamente. El problema es, claro, que no siempre nos percatamos de ello, y vamos tomando decisiones que nos conducen a objetivos distintos al nuestro, y allí es donde sufrimos y nos preguntamos el clásico "¿por qué a mí?", etc. Por eso, soy de la idea de que la misión es lo fácil, no porque no halla dificultades para lograrla, sino porque en ella siempre nos sentiremos cómodos (aquella instancia donde encajamos, sin saber por qué), y de alguna forma seremos capaces de superar todas dichas dificultades, ya que nacimos con las capacidades y las potencialidades para ello. Soy de la idea de que todo lo que vivimos, es posible de superar, pues no recibimos dolor mayor del que podamos soportar, ni dicha que sea mayor a la que necesitamos experimentar.

Por otro lado, mi concepto del destino va ligado a la misión, pero así como ésta trata sobre las acciones que nosotros deberíamos realizar, el destino trata sobre las situaciones en sí que debemos enfrentar. Puestas de una forma más gráfica, la misión es el mapa, y el destino, el camino real. Si lo aplicamos a la realidad, un mapa nos da indicaciones y nos señala lo bueno y malo que se viene; el camino real es lo que vemos ya puestos en ruta, el momento en el que le tomamos el peso a lo que se viene, y momento en el cual muchas veces dudamos si seguir, aun teniendo la noción mental del sendero.

Al tener estos dos conceptos mejor definidos, siento que tengo más clara la película sobre qué es lo difícil y qué es lo fácil (independiente de la conversación que dio pie a toda esta reflexión).

Y es que la inquietud venía de antes. Días atrás, una persona querida recibió un mensaje así, trascendental, sobre su vida, y eso me hizo pensar sobre la mía. Desde que soy pequeña he sentido la necesidad de saber mi misión en la vida. Si bien aún no tengo claro esto, siempre supe que mis dones debían estar relacionados con ello, debían servir para algo... Bueno, decir que sigo buscando ese algo, jajaja XD"

El caso es que estos días he vuelto a pensar mucho en el tema, y me ha emocionado de una manera totalmente profunda, chispeante, el pensar en mis seres queridos, mi familia inmediata, y cómo son sus vidas, cuáles podrán ser sus respectivas misiones, y cómo se han ido desarrollando sus vidas, para conducirles a su objetivo, o bien, cómo han hecho ellos lo imposible por alejarse de dichas misiones. En efecto, me emocionó muchísimo pensar en mi difunta madre. Cuando ella falleció, yo la sentí, hecha luz dorada, y sentí en mi espíritu que ella había evolucionado, que efectivamente no tenía nada más que hacer acá: ella había sufrido grandes dolores los últimos años, no sólo físicos, sino sobretodo emocionales, del alma, los cuales la hicieron crecer en muy corto tiempo; la vi cambiar, mejorar y elevarse, pude conversar con ella de igual a igual, sobre temas profundos y de reflexión, cosa que antes no había sido posible debido al fuerte carácter de ambas, y en todo ese crecimiento interior, los pesares mundanos la seguían molestando, por lo que el que ella falleciera, era como un verdadero alivio para su ser, ¿para qué seguir sufriendo los mismos males, si ya se encontraba por sobre ellos, lista para conocer otras realidades?

El pensamiento de la evolución de mi madre (si ese fue el caso, pero siempre confío en mi intuición), y luego saber en parte la misión o destino de mis otros familiares, me hace sentir que estoy a punto de resolver una ecuación" Si ustedes lectores, son de mente matemática como yo, sabrán que si tenemos una incógnita sola, jamás podremos conocer su valor, pero si de pronto tenemos otras incógnitas, que se relacionan con la nuestra, y conocemos el valor de esas otras incógnitas, las posibilidades de averiguar el valor de nuestra incógnita inicial se hace por fin abordable.

Este pensamiento sobresaltó mi mente de tal manera, que fue como si un vértigo me hiciera temblar al situarme tan cerca de hallar la respuesta a la pregunta fundamental de todos nosotros: ¿a qué rayos vine al mundo?



Escrito originalmente por quinqui el 03/12/2014.
Créditos Foto: Photo by JACK REDGATE from Pexels